-La Redota-
El régimen se había puesto autócrata y canalla
sufrían sus pobres y hasta el criollo más pudiente
y en Tres Cruces , la asamblearia Quinta de la Paraguaya,
sancionó colectiva disposición de un pueblo muy valiente.
Artigas sería desde entonces Jefe conductor, protector y caudillo
así se reducirían con armas y la Ley , infamias de gobiernos godos,
pelearíamos con coraje, lanzas, "perros cimarrones" y el cuchillo
librándonos todos de tan pérfidos realengos acomodos.
Murallas apabulladas y la porteña Montevideo ya ni resistía
mientras Victoria la Cantora les prometía fandangos;
aunque un pacto estratégico entre enemigos quebró la porfía
y las familias orientales debieron irse, silvando sus tristes tangos.
Terribles peripecias del cortejo, hacia el norte su Redota
en aquel verano maldito, del cálido, hambriento año once,
con diez mil expuestos a las dolorosas lágrimas de la derrota.
Tenacidad de héroes su hazaña , temple que se fragua con bronce.
Artigas preocupado ordena en grado militar que no lo sigan
debía contener a los portugueses que se infiltraban desde el Brasil
-“¡No los puedo proteger , que a retrasar las marchas me obligan!”-
y el fiel Comandante Mariano Vega reitera la orden con fusil…
Pero…el Jefe, compasivo, toma su más augusta y eterna opción decisiva:
“Y bueno….déjelos Mariano nomás… que El Ayuí nos espera”-
El Coronel guarda su jineta, ahora será el líder popular de esa nación altiva,
comienzo de una saga por la causa general, magna propuesta aventurera.
El suceso fue en el Paso Yapeyú del rio Negro, cerca del arroyo Correntino,
cuando el pueblo asumió la conciencia de su propia comunal existencia
unidad que aparea tormentoso y cruel destino a superar en heroico camino
quedando la lucha persistente, libertad como guía, bastión de resistencia.
***
Durante la revolución oriental de 1811, los fines solo parecían políticos , pero con la conducción de don José Artigas, se le sumaron preponderantes los sociales en aras de que los "infelices fuesen los más privilegiados" .Lamentablemente cuando se consolidaban quienes lo abandonaron hacia el bando enemigo gubernamental, mas se diluía la versión fraterna de la lucha artiguista en pos de los humildes. Su revolución, como tantas otras de Latinoamérica, quedó Inconclusa.Y él, exiliado hasta su muerte en el Paraguay tropical,que ya no vio mas las verdes praderas de la Banda Oriental del rìo Uruguay.
sufrían sus pobres y hasta el criollo más pudiente
y en Tres Cruces , la asamblearia Quinta de la Paraguaya,
sancionó colectiva disposición de un pueblo muy valiente.
Artigas sería desde entonces Jefe conductor, protector y caudillo
así se reducirían con armas y la Ley , infamias de gobiernos godos,
pelearíamos con coraje, lanzas, "perros cimarrones" y el cuchillo
librándonos todos de tan pérfidos realengos acomodos.
Murallas apabulladas y la porteña Montevideo ya ni resistía
mientras Victoria la Cantora les prometía fandangos;
aunque un pacto estratégico entre enemigos quebró la porfía
y las familias orientales debieron irse, silvando sus tristes tangos.
Terribles peripecias del cortejo, hacia el norte su Redota
en aquel verano maldito, del cálido, hambriento año once,
con diez mil expuestos a las dolorosas lágrimas de la derrota.
Tenacidad de héroes su hazaña , temple que se fragua con bronce.
Artigas preocupado ordena en grado militar que no lo sigan
debía contener a los portugueses que se infiltraban desde el Brasil
-“¡No los puedo proteger , que a retrasar las marchas me obligan!”-
y el fiel Comandante Mariano Vega reitera la orden con fusil…
Pero…el Jefe, compasivo, toma su más augusta y eterna opción decisiva:
“Y bueno….déjelos Mariano nomás… que El Ayuí nos espera”-
El Coronel guarda su jineta, ahora será el líder popular de esa nación altiva,
comienzo de una saga por la causa general, magna propuesta aventurera.
El suceso fue en el Paso Yapeyú del rio Negro, cerca del arroyo Correntino,
cuando el pueblo asumió la conciencia de su propia comunal existencia
unidad que aparea tormentoso y cruel destino a superar en heroico camino
quedando la lucha persistente, libertad como guía, bastión de resistencia.
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Durante la revolución oriental de 1811, los fines solo parecían políticos , pero con la conducción de don José Artigas, se le sumaron preponderantes los sociales en aras de que los "infelices fuesen los más privilegiados" .Lamentablemente cuando se consolidaban quienes lo abandonaron hacia el bando enemigo gubernamental, mas se diluía la versión fraterna de la lucha artiguista en pos de los humildes. Su revolución, como tantas otras de Latinoamérica, quedó Inconclusa.Y él, exiliado hasta su muerte en el Paraguay tropical,que ya no vio mas las verdes praderas de la Banda Oriental del rìo Uruguay.
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