-El valiente amor avícola de la pareja de teros....amor universal sin diferenciar especies.-
Me lo habían comentado. Pero nunca directamente lo había experimentado...hasta que me llegó sorpresivamente la oportunidad.
En la tarde estuve raleando un almácigo de lechugas para su posterior trasplante . En la actividad extravié un metro metálico, dándome cuenta recién a la noche.
Volví ansioso al lugar y allí vi los cuatro pichones de teritos en un nido a ras del suelo, entre pastitos.
Fui hacia ellos por curiosidad, sin ninguna otra intención.
Fue entonces que los cazas con sus alados picos, púas y rugir de motores, se me abalanzaron, haciéndome huir.
¡Qué lección de coraje de la parejita de padres teros!
¿Cuántas veces mayor en tamaño soy que un tero? Sin embargo se la jugó ante el gigante para salvar a sus pichones.
Yo en igual situación y emergencia no atacaría a una ballena o a un elefante....
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