En el Principio fue el Verbo…¡y no le tengamos, pues, temor a las palabras que no existe un diccionario de algunas que sean especialmente malditas!
Dijo Descartes para
fundamentar la condición racional del ser humano,”Pienso, luego existo”.No lo
discuto. Mas, lo anoto como aforismo sabio.
Pero ello no supone dejar de revisarlo que ahora me gusta mas decir, ”Hablo, luego existo”.
Pero ello no supone dejar de revisarlo que ahora me gusta mas decir, ”Hablo, luego existo”.
Si no habláramos
seríamos animales que podrán ellos desarrollar destrezas superiores a
las humanas. No obstante están incapacitados
para usar los símbolos lingüísticos que nos ubican a los homo sapiens al
principio de la cadena de la vida señalándonos futuros. Si no habláramos no pensaríamos pues se piensa
mediante palabras. No hay otra forma de hacerlo.Y aun así se puede mal pensar
por las confusiones que nos trae el uso pasional de la lengua y del habla. Aquella su forma sistémica; esta su
ejercicio.
¿Cuántos problemas de convivencia se dan por caer en
sofismas…falsas oposiciones….discutir con energía por lo mismo a partir de que
no manejamos los debatientes los mismos
códigos del diccionario….o por una coma mal puesta que hace variar todo el concepto y el meollo
de la cuestión en disputa, enredándola aún más?
-A los blancos , que somos nacionalistas y liberales , se
nos endilga filiación política de “derecha”….y
a quienes no piensan y hablan tal nosotros, se los pone en el rodeo de la"izquierda”, de los que "no son corruptos” por serlo, zurdos (je!je! viejos divertimentos mágicos de los
franceses de los tiempos dieciochescos del decapitado Luis
Borbón XVI. )
Y ser de “derecha” es ser Conservador desde el más viejo e
inicial glosario político. Pero cuando el italiano Gramsci enseñó con notable éxito
que había que lograr por el
izquierdismo el dominio cultural como condición esencial al dominio del poder político, consiguió
domesticar el lenguaje poniendo palabras
que unas eran “buenas” y otras “malas”.
A condecorar las primeras y a denostar las segundas.
“Derecha” y “Conservadores” fueron censuradas, infectadas .A
tal punto llegó la peste lingüística que se siente hasta cierto grado de vergüenza
decirse “derechista” y, más todavía, “conservador”.
Y hoy el país se salva siéndolo ¡Conservador! Hay que
conservar las antiguas tradiciones benéficas que hicieron de nuestro país
orgullo de los uruguayos y ejemplo de
vanguardia dada especialmente su pequeña
condición territorial y cómo, en ese
escenario bio ecológico, elaboró grandezas humanas en lapso mínimo, apenas en
doscientos años de Historia. Un Historia de zigzagueos, de dramas y
heroicidades por igual repartidas. Pero fuimos paradigmas en los trofeos deportivos mundiales, artísticos,
con índices de alta calidad de vida, de moderación
y áureas medianías, de praxis para el ejercicio real de republicanas teorías políticas
fundacionales. Etcétera.
Y todo eso precedente
es lo que debemos Conservar. Deberemos volver a ser conservadores de méritos y
virtudes que nos hicieron viables como país. Y repensar que son mitos
incosistentes tantos bulos que se han filtrado en estos recientes tiempos de “hombres
nuevos” de la necesidad del “cambio” (Del “cambio” deseable sí… y no del agrietante actual de la sufrida sociedad
de nuestros días.) Resultaron ser asaz perniciosos los siniestros nuevos orantes,
gerontes ermitaños de torres marfilescas, portadores de inauténticas acciones de creíbles bienestares
civilizatorios. Solo desparramaron
secuencias y sinecuras perversas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario