sábado, 28 de febrero de 2015

¡ME ENCANTA LA CONSTRUCCIÓN...EL SUNCA Y SU GENTE ALBAÑIL!

El apuntalamiento de la plancha.
No sé por qué, pero desde niño me atrajo la construcción de los maçons albañiles y sus tradiciones.Quizás por la influencia de mi tío Marcelino Santos.
Tuve la oportunidad de no ser un mero observador de sus destrezas, sino que fui albañil durante las obras de erección del complejo de 70 viviendas de COVIANALPA 1 en Mercedes desde mi condición de socio multi gestionario de la solidaria empresa de Ayuda Mutua!...Tengo mi casa por mi, por mis manos proletarias, y sobre todo por el apoyo de mis 69 compañeros restantes, como de la sociedad uruguaya que votó la Ley del 69 Nº 13728 en tiempos del Presidente Jorge Pacheco Areco, valga decirlo.
Es un trabajo el de albañil al que como pocos uno le puede medir sus avances en obra... sus retroceso si los hay....sus replanteos.
Es lo mas próximo a la vida que existe. A cada pared concluida, una satisfacción; a cada techo en el dulce y fatigante trabajo compartido, un halago testimonial que se brinda con asado y con el jugo fermentado de las uvas.... ¡Cuánta alegrìa contenida si ya se están limpiando los baldes negros y descansa finalmente su fervorosa e interrupta monotonía la ruidosa máquina hormigonera que desde su boca loca lanza la mezcla prodigiosa con su tres por uno, arena y portland!

Mezcla y ladrillos bien mojaditos para que 
bien prenda la mampostería.

La hora del descanso:Sagrada!

Nivel y plomada que si no se arma 
después relajo....enseñaba como gran
Maestro capataz Don Antonio Monzón.

"¡Apurese Carlitos -dice con firmeza Jacinto- que necesito ya  un 
ladrillo cuarto...y luego un medio!".

¡Respetar  la línea....!

Otra hilada más...y llegamos hasta
el mismo cielo!

Más agua y portland que queremos  una
buena mezcla!


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