¿Se "argentiniza" el Uruguay a partir de la invasión de tele creencias y piquetes foráneos?
Si respondemos afirmativamente a la creciente presunción que la televisión uruguaya se “argentiniza”, la añadidura lógica es inmediata. Un país, Argentina, ha avanzado sobre otro, llamado Uruguay, en el campo del entramado social, ocupando del territorio nacional, espacios ideológicos por copamiento de un popular medio de difusión y consiguiente construcción de las creencias. Las creencias, ideas al fin, reelaboran y fabrican la realidad, con Hegel o sin él. Con Marx o sin él. Y terminan por confeccionar conductas colectivas.
Si Argentina se adueña del espacio cultural, está virtualmente apta para otros avances de tenor y calidad acuciantes, pero siempre afines a una materia. Detentar superficies ajenas como práctica imperial. Primero una…luego otra…después la siguiente…hasta que las progresivas adquisiciones parciales lleguen al todo y, por ende, desaparezca un país, o se consolide otro, 313 mil quilómetros más de expansión a su favor geopolítico en extensión territorial (187 terrenales y el resto mediante aguas jurisdiccionales).
Ya los argentinos, impunemente, plantaron la bandera de Belgrano en Nueva Palmira y en Fray Bentos poquísimas semanas atrás. Ahora anuncian que irán por Mercedes en el papel de Viera y Benavides cuando desde Asencio acaudillaron en 1811 la protesta rural contra la España borbónica se tomó la actual capital de Soriano en tiempos de Fernando VII, de Elío y y de los “chanchos” de Vigodet. Es decir que no solo dominan las fronteras sino que presionan coactivamente sobre los límites. No es lo mismo lo uno que lo otro. El límite es una demarcatoria , natural o convencional, entre dos jurisdicciones.La frontera es espacio donde predomina una cultura ¡qué no siempre coincide con los límites. Por ejemplo en Rivera, Artigas y Cerro Largo, los límites no controlan totalmente la frontera cultural invasiva de tierras interiores . La frontera penetró límites adentro. La mixtura generó el fenómeno lingüístico llamado “portuñol”, al que no juzgamos en juicio de valor, sino descriptivo. Pero no hay portuñol en Soriano o Río Negro. Aunque sí “kirchenerismo”, “tinellismo”, “rialismo o canovismo de teñido cabellar carmesí”, “barrabravismo deportivo”, “porteñismo” , “cholulismo” y hasta la inversión de la sexualidad cuando es más seductor que mujer, un hombre en Flor… y unos cuántos etcéteras más que infectan a casi todos los departamentos uruguayos en el ritmo de la alienación televisiva. La patología es contagiosa y sus vectores de transmisión se clonan y reproducen como mórbida metástasis cultural. Llegará cercano tiempo, de no detenerse la infección, en que todo el cuerpo será colonizado y morirá. La muerte de una soberanía, de un país como constructo histórico.(¡Huyy, cúanto dramatismo imbécil del escriba que somos!…pero ya que estamos en la era de las tergiversaciones y capciosidades libremente admitidas, démosle un pasaporte benévolo a su Elogio de la Imbecilidad que aquí plantea y cultiva, aunque pocos den pelota a nada !) El centrofordward fallece todos los días a la noche y al amanecer: no se hacen goles como consecuencia terrible y, por ende, nos vamos a la “B”, junto al vejestorio de las fláccidas y colgantes mamas artificiales de silicona del vedettismo caduco y decadente de Santa María de los Buenos Ayres
Si Argentina se adueña del espacio cultural, está virtualmente apta para otros avances de tenor y calidad acuciantes, pero siempre afines a una materia. Detentar superficies ajenas como práctica imperial. Primero una…luego otra…después la siguiente…hasta que las progresivas adquisiciones parciales lleguen al todo y, por ende, desaparezca un país, o se consolide otro, 313 mil quilómetros más de expansión a su favor geopolítico en extensión territorial (187 terrenales y el resto mediante aguas jurisdiccionales).
Ya los argentinos, impunemente, plantaron la bandera de Belgrano en Nueva Palmira y en Fray Bentos poquísimas semanas atrás. Ahora anuncian que irán por Mercedes en el papel de Viera y Benavides cuando desde Asencio acaudillaron en 1811 la protesta rural contra la España borbónica se tomó la actual capital de Soriano en tiempos de Fernando VII, de Elío y y de los “chanchos” de Vigodet. Es decir que no solo dominan las fronteras sino que presionan coactivamente sobre los límites. No es lo mismo lo uno que lo otro. El límite es una demarcatoria , natural o convencional, entre dos jurisdicciones.La frontera es espacio donde predomina una cultura ¡qué no siempre coincide con los límites. Por ejemplo en Rivera, Artigas y Cerro Largo, los límites no controlan totalmente la frontera cultural invasiva de tierras interiores . La frontera penetró límites adentro. La mixtura generó el fenómeno lingüístico llamado “portuñol”, al que no juzgamos en juicio de valor, sino descriptivo. Pero no hay portuñol en Soriano o Río Negro. Aunque sí “kirchenerismo”, “tinellismo”, “rialismo o canovismo de teñido cabellar carmesí”, “barrabravismo deportivo”, “porteñismo” , “cholulismo” y hasta la inversión de la sexualidad cuando es más seductor que mujer, un hombre en Flor… y unos cuántos etcéteras más que infectan a casi todos los departamentos uruguayos en el ritmo de la alienación televisiva. La patología es contagiosa y sus vectores de transmisión se clonan y reproducen como mórbida metástasis cultural. Llegará cercano tiempo, de no detenerse la infección, en que todo el cuerpo será colonizado y morirá. La muerte de una soberanía, de un país como constructo histórico.(¡Huyy, cúanto dramatismo imbécil del escriba que somos!…pero ya que estamos en la era de las tergiversaciones y capciosidades libremente admitidas, démosle un pasaporte benévolo a su Elogio de la Imbecilidad que aquí plantea y cultiva, aunque pocos den pelota a nada !) El centrofordward fallece todos los días a la noche y al amanecer: no se hacen goles como consecuencia terrible y, por ende, nos vamos a la “B”, junto al vejestorio de las fláccidas y colgantes mamas artificiales de silicona del vedettismo caduco y decadente de Santa María de los Buenos Ayres
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