sábado, 25 de mayo de 2024

-Cuando las palabras se cargan de un cerno, de un tuétano propio, real y contundente, por su emisor.-

Creo en la descripción bíblica de que en el "principio fue el verbo". Lo sagrado, definiendo lo real , trascendente e importante. Después vinieron los lingüistas y lo confirmaron liderados por el austríaco Wittgenstein y, entre nuestros próceres civiles, Carlos Vaz Ferreira.

La "palabra" no es mero aire soplado y articulado entre cuerdas vocales y garganta con su equipo de fonación neumática. Provoca. Genera acciones. Respuestas. "Mon cherie" dicen como en un dulce susurro los franceses y las francesitas se transforman en dóciles y fogosas corderitas muy cariñosas.

El uruguayito que juega al futbol profesional o amateur escucha que le han dicho "te vas a la..." y entra en un tormentoso arrebol de piñas y el contagio consecuentes genera riñas en el Estadio para darle mayor trabajo a los fiscales.

Algunas "palabras" sirven a su vez para explicar cosas nuevas y difíciles dada su entorno de sincretismos y complejidad cultural ( o sub cultural) apareciendo s veces imprevistas en el mundo de las relaciones sociales.

Una de las mas potentes hoy es " autopercepción".

Veamos. El hombre recibió un carguito quizás de mucho relumbre aunque de brillo que no ilumina. Pero el se "autopercibe " influyente. Y lanza por doquier -oralmente o por escrito- dicterios, consejos, infidencias. opiniones, bulos,etc. Estarà protegido (cree) por esa riesgosa "autopercepción".... Luego comprenderá que no sirve para tanto, salvo renunciar en escape a medianoche al carguito de marras, el que lo envalentonó derribamdolo al duro suelo con magullones de diversas entidades. Otros personajes se "perciben" hombres, siendo mujeres. Y viceversa.

¡Ay! Cada vez me aproximo más a entender un poco mejor el mito de la Torre de Babilonia. Fue construida para llegar al cielo y acercarse para hablar, parlar, con Dios, de igual a igual.

¡Cuánta soberbia!

Se les cayó toda la obra, mas débil cuanto mas crecían los andamios de los potencialmente frustrados constructores . Los salvos, ya en la caída, algo se recuperaron e intentaron intercambiar las consecuencias de la dolorosa experiencia.

Pero ¡oh! no se entendían entre sí. Cada uno hablaba un idioma que el prójimo de cercanía desconocía. Todo un mundo de dialectos indescifrables.

Desde allí en mas, las confusiones de la vida social fueron hiper intensas y penosas pues se degeneró la función comunicacional de la palabra- que lo decíamos en origen - no es un mero soplido de viento bucal. Es algo mas. Mucho más.

Muchos lo saben pero se niegan a incorporarlo como suceso existencial a su comportamiento.

Si fueran peces por allí, por la boca, morirían...aunque aquí, sin serlo, también desfallecen.

Así les va... o irá.

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