Los Balances, aún en la Derrota, los haremos Festivos….
"Face" quiere decir
desde el inglés, Cara, rostro, es decir lo que exhibimos , que Dios nos puso un
millar de gestos, testimonios faciales de las mil personas que somos según la
ocasión vital del instante viviente . Tambièn en acuerdo con el código que da
la entonación debida, en casos, una
pestañada, o el esbozo y rictus de una sonrisa.
En otros a la profundidad momentánea de la arruga olímpica del
entrecejo, esa " que impera y vence con noble encanto" (Ruben
Dario en referencia a Walt Whitman).Pero "Book" es Libro, cofre de
recuerdos, que seleccionamos al imprimirlo pues lo consideramos referencial al
hecho glorioso de existir...y de luego,
morir.
En días más, por ese 31 que busca la madrugada, nos desearemos todos "Feliz Año Nuevo".¿Es nuevo? ¿El Tiempo es un engaño de nuestra percepción que ya todo ocurrió y sólo lo que registramos son recorridos acaso inasibles y semifaliibles de reminiscencias sobre lo ya ocurrido, inminencias de futuros y presentes que creemos vigentes y estáticos.
En días más, por ese 31 que busca la madrugada, nos desearemos todos "Feliz Año Nuevo".¿Es nuevo? ¿El Tiempo es un engaño de nuestra percepción que ya todo ocurrió y sólo lo que registramos son recorridos acaso inasibles y semifaliibles de reminiscencias sobre lo ya ocurrido, inminencias de futuros y presentes que creemos vigentes y estáticos.
Todo ¿ya está escrito? o ¿todo lo construimos día a día? No sé. Por eso voy a
Baco, a Dionisos, como mis compañeros que figuran en el Album, y bebo más en
este día que en todo el resto del año....y se fuga entre brindis , siempre, un lagrimón
filosófico.
Cuando niño no bebía, pero más triste me sentía entonces por fugacidades pasajeras de mi alma menuda, secuencias decembrinas y de eneros bochornosos desde la bella Mercedes de mis cariños primarios. Después el consumismo -que no me desamparó del todo- acotó las melancolías.
Y mis lágrimas manan, hoy, casi ¡secas! ¡Felicidades para todos, benditas ellas ...y si vienen malditas...teneís ¡al Supremo!: os dará resignación y fuerzas.
Cuando niño no bebía, pero más triste me sentía entonces por fugacidades pasajeras de mi alma menuda, secuencias decembrinas y de eneros bochornosos desde la bella Mercedes de mis cariños primarios. Después el consumismo -que no me desamparó del todo- acotó las melancolías.
Y mis lágrimas manan, hoy, casi ¡secas! ¡Felicidades para todos, benditas ellas ...y si vienen malditas...teneís ¡al Supremo!: os dará resignación y fuerzas.
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