Cuando se Pierde la Noción del Eje en el caso de Nueva Palmira.

EL HECHO:Púberes de Nueva Palmira el fin de semana anterior, torturaron y mataron a una perrita hiriendo cuando se supo del cruel incidente que,incluso, se encargaron ellos misos de difundirlo en la red social  F/book,  la sensibilidad nacional.
La prensa amplificó la información con una llamativa hiper carga  de espacios .Fue suficiente para que las agudísimas manifestaciones de oprobio, entonces, se fueron acelerando en las respuestas más ácidas de la multitud.

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ANTES QUE NADA MEDITAR Y REFLEXIONAR LO QUE DIGO: Creo que el Sindrome maldito que se ha desatado a raiz del irracional acto de matanza y tortura de una perrita en Nueva Palmira, se ha constituido en un exagerado abuso de cobertura periodística y, ADEMÁS, en una pérfida agresión discriminatoria a MENORES DE EDAD por deleznable actitud que, sin embargo, no es delictiva pues no está tipificada.¡ESTÁN GENERANDO, ADULTOS, VIOLENCIA CONTRA NIÑOS QUE, LO QUE Sí MERECEN, y SE LES DEBE, ES UN URGENTE TRATAMIENTO PSÍCOLOGICO! INCLUSO EN LO PENAL, LAS FALTAS EN MENORES QUEDAN RESTRINGIDAS o atenuadas.
¡Estamos en presencia de víctimas!
¡Paren la mano, medios de prensa!
 (Y no me vengan con la teoría, a veces de recibo, de "Matar al Mensajero"...que el chasque es en el caso Actor electrónico de talante y rango  irresponsable en el manijazo vil.
Estamos, claro, a favor de los derechos por la Vida, de animales y de humanos. Y de los FETOS humanos.
 Pero desde Montevideo y  desde Palmira para todo el pais están alimentando violencias.
Aquí, Uruguay, están pasando cosas peores que con eufemismos se las reduce a meras sensaciones físicas y que afectan, por ejemplo, a los pobres jamelgos de los carritos recolectores y a los comerciantes y a los transeúntes asesinados y a los guardias de seguridad.
Obvio, que no todo se reduce, y no lo pretendo, a establecer parangones de insania, pero restauremos el equilibrio de la cordura que enfrente el problema en mejores condiciones mediante terapeúticas sociales.
 Los decibeles de furia han perdido la noción del eje creando en la exageración una cuasi ficción fantástica por omitir, elusivamente, otros temas de calibre mórbido y también sangrientos.