¿Nos creó a nosotros o lo creamos a él?
El Uruguay es una de las partes en que se desintegró el Imperio español colonial americano, resquebrajándo-se esas grandes unidades llamadas virreinatos que quizás como hipótesis histórica, hubiesen tenido mejor destino en la etapa independentista de haber mantenido sus dimensiones, condición de diversidad productiva de bienes, y mayores comunidades humanas para solventar sumatorias cualificadas de ideas y de mercados. La ruptura fue acompañada, incluso, por guerras intestinas inter partes, estimuladas por visibles o invisibles poderes foráneos. En la lucha por las hegemonías mundiales, procuraban dividir para reinar, tiempos de la Revolución Maquinista e Industrial y sus consecuencias múltiples, tecnológicas, financieras y socio políticas.
La imaginaria línea del ecuador creó una realidad opuesta en los dos hemisferios. Rico el boral; pobre el austral.
Uruguay está en el meridión. El juego de las enunciaciones precedentes lo segregaron de su fuente nativa argentina y castellana, escenario de la cuenca del río de la Plata cuando pretendía y quería ser provincia dentro de un sistema republicano, federal y multirracial. Sistema con preferencias hacia la equidad para los más infelices -que no es lo mismo que la igualdad totalitaria- augusta ambición de su héroe regional Artigas, muerto en el exilio paraguayo de la derrota.
La pequeñez en cien dimensiones del Estado Oriental del Uruguay -nacido formalmente con constitución liberal a cuestas- era razón de progresión geométrica de doscientos factores de perturbación los que se fueron limando gradual y favorablemente en medio de diversas vicisitudes. De un feudalismo pleno se transitó camino de un país que se ordenó y creció entre luchas fraticidas y pactos nobles para arribar, con las primeras décadas del siglo XX, a un significativo estándar de vida, soporte ideográfico de la maduración de una conciencia nacional que le daba identidad y diferenciación frente a los hermanos del vientre inicial.
Se consolidaron, salvo pequeños remesones contingentes, las instituciones libres; su inteligencia cultural fue de vanguardia; sus deportistas campeones mundiales; las proteínas rojas aseguraron la nutrición junto a un sol y aguas magnas. Las materia primas edáficas eran exportadas y dejaban benéficas divisas -más acrecentadas cuando las potencias centrales ingresaban en conflagraciones bélicas- infraestructura de conquistas hacia una envidiable calidad humana: educación y salud gratuita, servicios sanitarios, de transporte y comunicación, viviendas benévolas, créditos sin inflación ni indexados, y equilibradas concordias entre las gregarias empresas privadas y las públicas que fomentaron solapadamente una burocracia estatal despilfarradora y sin complejos de culpa, moderadora no obstante de tensiones virtuales entre los ghettos de los familias de la plutocracia criolla y los bolsones cantegrilescos de los infortunados.
Los uruguayos, no muy expresivos ni arrogantes, estábamos satisfechos con nuestro presente que creíamos eterno de bendiciones, sin tsunamis, volcanes, nevadas, ciclones, temperaturas extremas, levas, militarismos ni clericalismos. Tan grato era aquel Estado de Bienestar y Paternalista que gozaba ingenuo para sí la sonrisa de Dios y de la providencia, no sabemos aún si con formato humano o cósmico. No se advertía que no teníamos metales ferrosos, petróleo, industria pesada ni una educación basada en la investigación, solo en la repitencia de saberes por otros proporcionados desde el exterior. Igual gastábamos a troche y moche y nuestra libido o energía sexual era y siguió siendo fría y polar . Los inmigrantes que la pudieron tonificar tenían el mismo drama y, cómo estaban para trabajar, no tenían demasiado vigor ni viagras para reproducirse. La población escaseaba y con ella se limitaban de adolescencia las perspectivas de avanzar y así retroceder con el itinerario de la demografía marcada por la vejetud, muy digna, pero impropia para mantener y acrecentar niveles. Usando el útil convencionalismo de 1950, tan decimal él y glorioso en la rememoración perpetua del alma deportiva, motor pedante de la cultura nacional, fijamos en ese año las primeras señales de la crisis que aún mantenemos oronda hasta nuestros días, transformados en un país expulsor de su gente joven, con serios problemas energéticos, punzadas que duelen inestabilidades políticas, atroz deuda externa, aumento de la mortalidad infantil y educación que olvidó axiologías yendo a contra marcha de los tiempos en su gestión transformadora de experiencias hacia nuevos conocimientos pragmáticos y humanísticos.
Las soluciones esbozadas entre otras, fueron vivir de préstamos, sustituir las políticas de importaciones aunque subsidiadas por el agro, manejar comodaties, intocables vírgenes vestales, antes que agregar obrajes laborales a los bienes, reformar juguetonamente la Constitución, fiscalazos infecundos pues se siguió gastando irresponsablemente, mantener una fuerte estatización degenerada en sus dos modelos erróneos:el liberalismo y el neoliberalismo de los partidos tradicionales, el Colorado y el Blanco; o en la actual mayoría gobernante del denominado Frente Amplio,"izquierda" de clarísimas tendencias también muy Neoconservadoras y Neo liberales que se mimetizan con capciosidades mínimas pour la galerie en praxis amorfas sin contraprestaciones de distribuir fondos entre deprivados, castigando fiscalmente a la clase media y confabulando pactos con sindicalismos devoradores. Además, en los tres partidos, probados signos de corrupción tumorizados los que se demuestran y constatan en vergonzantes resoluciones o sentencias del Poder Judicial, y para colmos de las conciencias sanas, en la custodia policial desde cárceles VIP y coquetas para delincuentes de alta gracia.
Por la década del 60, ante la problemática crítica, se inició un movimiento guerrillero denominado Tupamaro. Al buscar el poder por las armas, desdeñó la democrática competencia electoral y cayó en la ilegitimidad de lo subversivo. El Estado tomó medidas excepcionales y sometió rápida y muy duramente a los alzados, asaz crueles en sus procedimientos todos los agonistas y antagonistas.El costo inmisericorde fue fortalecer las medidas de contención coercitivas por las Fuerzas Armadas, siendo luego pecado su traición al juramento democrático, mediatizado mediante la Teoría del Estado de Necesidad, al adueñarse del Poder -junto a la plutocracia mas rancia del orden civil- desfigurando su conducta perversa con el plus de agresiones a los DD.HH.
La crisis general se agravó y los castrenses se retiraron pactando con una oposición creciente en el denominado Pacto del Club Naval generador de consecuencias largo placistas. Desfallecieron las armadas legiones con charreteras en el manejo de las finanzas, seriamente comprometidas por viles manejos y malversaciones adjuntas.
Militares y guerrilleros fueron en la práctica amnistiados. Aquellos aún son, en algunas fuerzas, Jefes Supremos en actividad. Estos, con sus actuales aliados ideológicos de los que no ingresaron en la clandestinidad insurrecta, son los más influyentes políticos en las dos Cámaras, en la Administración Central y en las comunas departamentales más pobladas o fuertes del país, Montevideo, Canelones, Maldondo, Salto y Paysandú. ¡Qué país generoso el Uruguay! ¡Cómo perdona y da nuevas oportunidades!
No obstante, el Gobierno frentista en los últimos meses de nuestros días (2007/8) ambientó el castigo por delitos de lesa humanidad para algunos de los terroristas de Estado, ya procesados con prisión, caso de los dictadores Juan Ma. Bordaberry y Gregorio Alvarez, por mencionar entre varios a los más tristemente reconocidos y emblemáticos por ilicitudes muy pecaminosas.
Dentro de los personajes que generaron aquellos días de plomos, tortura, muertes y desapariciones, con el retorno a la vida democrática desde 1885, presidencias de universitarios doctos como Sanguinetti, Lacalle, otra vez Sanguinetti, Batlle Ibáñez y ahora Tabare Vázquez, se destaca la figura singularísima del ex guerrillero José Mujica, familiarizado popularmente por el mote de Pepe. Anda por doblar los 70 años. Es el numen del MPP o Movimiento de Participación Popular (hijo putativo del Movimiento de Liberación Nacional Tupamaros). El solo cautivó en las últimas elecciones del 2004, más votos que todo el Partido Colorado junto, conglomerado este que debe de haber gobernado por lo menos más del 90 % de toda la vida Institucional y No Institucional del Uruguay. Corta y pincha Pepito. Se dedica a apagar fuegos cuando hay disputas domèsticas tan afines históricamente a los frentes populares que en la historia humana han sido. Su vestuario y presencia lucen ajados, de repente como parte de un look demagógico o como auténtico talante psicológico. Hace alardes de su alejamiento visceral de las formalidades de la moda. Pero su exterior es lo que menos importa, por brillante su altísima y excepcional capacidad discursiva. Sin muletillas, que cuando las usa es en ristre de tácticas ciceronianas. Domina notablemente el idioma español, salvo cuando se hace, por conveniencia histriónica, el otario... que nada tiene de tal nuestro Demóstenes. Su dialéctica es atrapante de no estar uno atento a los arácnidos alegatos de su anestesiante red linguística. (Si es verdadera, será cuestión de debatir el tema). Emplea el humor para ganarse el solícito, silencioso y disciplinado enjambre de periodistas que ríen respuestas…en vez de re-preguntar que esa debería ser y es la responsabilidad profesional de los amanuenses que actúan tan ligeramente en los medios.
Quien alguna vez lo refutó, el veterano comunicador Néber Araujo recibió el estigma botánico crucífero y hortense de"No sea nabo, Neber". Neber poco después se jubiló y despareció de escena…Pero el nabo aromático quedó trocado en espada de Damocles para los jóvenes noteros de la nueva era que aprendieron con el rigor del temor la lección.
Mujica era el Sinatra criollo de las canciones de los disc jockey políticos. Sabía más de todo que el enciclopedista Newton o Leonardo. Jugaba a ser oposición desde la radio del sur y gobernante rígido de convicciones desde el Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca. Pese a esa flagrante contradicción, lo adoraban propios y extraños. Los empresarios más duros del viejo lapso, ahora en el nuevo, hacían colas para sacarse una foto conjunta en el salón de fiestas colectivas. Revivía así, pero con otra nomenclatura, el añejo y olvidado grito de Procusto:" ¡ Viva Batlle y… Herrera por las dudas!"
Pese a que tenía votos en el barrio pituco montevideano de Pocitos, calificó genéricamente a esos vecinos de "cajetillas". A los uruguayos como "boludos", un penetrante neologismo del lunfardo cuya acepción se intuye sin que nadie proclame su etimología y sus acepciones. A jubilados, que no llegan a tener ni una canasta familiar, les espetó que eran viejos "platudos" al defender Mujica la constitucionalidad del IRPF puesta en duda por muchos recurrentes de ese estamento decadente.
Tiene soluciones mágicas. Volver a los bueyes como bestias de carga. Y ponerle fogatas a los limoneros de Salto para evitar las pérdidas que traen las heladas, lo que provocó el asombro miedoso del propio Intendente lugareño Ramón Fonticciela dado la imposibilidad práctica de la propuesta, elevada como sugerencia ministerial para todo el mega quintal cítrico del basalto salteño. Fue en ocasión de la reunión de intendentes frentistas del Interior que se reunieron en Montevideo pero no en un lugar de sus cantones representativos.
De lo prometido desde el M.G.A y Pesca, poco ha hecho, al punto que el gasóleo productivo vale más que la nafta, siguen los remates de propietarios rurales, se desnacionaliza la propiedad, no hay parcelas para el colonato, y se entregó frente a la inacción de la burocracia instalada en su cartera etc. pasando otra vez al Senado.En el Ministerio las papas quemaban y nadie quería sacar las castañas del fuego.
Al veterano lo aniquiló la realidad y las incapacidades, no sabemos si propias o ajenas, quizás todas juntas. Se auto justifica que tiene balazos en el cuerpo, que estuvo en cana. Muy convincentes razones todas ellas…para estar descansando de tantos padecimientos a respetarle en el enclave bucólico de su hogar , así como Sila que se retiró tras su larga actividad pública y militar a tomar otra vez el arado en la campiña de la antigua Roma republicana, no imperial…que esa sí que es brava para todos!
Ya no se hace el chistoso. Ahora los periodistas le han perdido miedo. Y él se calienta. Ya no ríe. Neber medita.
Todo el cuento resultaría risueño de no ser por su absurda realidad, tan deprimente y defeccionante.Pero ¿quién genera a quién? ¿Mujica a los Pérez uruguayos de la guía o estos al clown?