El Presidente Lacalle y el canciller Talvi, los dos con el poncho envuelto y prontos a tirarlo al suelo...para ver quièn lo pisa....¡Hagan apuestas Señores!
Como si fuese un juego de niños -sin medir ciertas responsabilidades razonables de conducción republicana- juegan el Presidente Lacalle Pou y el Canciller Talvi a las esquinitas del Poder. Cada uno tiene sus fuerzas afianzadas. El nacionalista cuenta con el respaldo de una conducción que para la Opinión Pública es excepcional a sus cien dìas de gobierno en este riegoso tiempo pandémico.El colorado cuenta también con una reconocida gestiòn -incluida pandemia mediante- desde el Ministerio de Relaciones Exteriores. Pero en la bioesfera cultural de la Nación, una Coaliciòn (¡consolidada ó con potenciales fragilidades?) sostiene todo el andamiaje políticao y ejecutivo del Uruguay con la mirada estràvica de una Oposición frentista que tiene el revólver engatillado, esperando su oportunidad de mellar.
Lacalle Pou frente a contundentes deslices de algunas figuras recién ascendidas de la malla gubernamental, las excluyò ipso facto. El Canciller Talvi, en tanto, juguetea "que se va y que se queda", inestabilizando un centro y rol de poder politico fundamental en este mundo cada vez más alerta a las peripecias internacionales.Pero No se le excluye de su posiciòn.¿Débil con èl la Presidencia de la Repùblica? ¿O esperando que el colorado mas votado "pise el poncho" y lo jale para su casa en el resbalón de la caìda?.Los dos hombres estàn en los aprestamientos de las finas estrategias del duelo criollo: En el combate un paisano pone el poncho en el piso, esa prenda protectora que le cubre la mano libre que en la otra porta la daga, para que el rival desatento en el instante se adelante y lo pise. En ese momento crucial el antagonista
jala el poncho , hace trastabillar al rival... y le hunde la farinera.¡Fin! |
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