-PROFUSIÓN DE CORCHOLATAS EN BUENA PARTE DE AMÉRICA.-
En varios países de América, los calendarios electorales y prelectorales para las cercanas y sendas agendas de candidatos a cubrir el Poder Ejecutivo con la figura presidencial - de continuidad convalidada o de alternancia- se agitan a buen ritmo en su movilidad política.
Uruguay es un ejemplo. También la Argentina y Guatemala. Etcétera.
Siempre aparece por estas fechas un nuevo candidato en la mención o promoción nominativa entre quienes se presentan al juicio y ante el voto del padrón electoral para satisfacer la pretensión de ser el nuevo " Sr. Presidente de la República".
Algunos son políticos profesionales desde que hace décadas andan detrás de absorber la opción gubernamental y a sus vidas, entre asambleas, campañas y plebiscitos, han dedicado esfuerzos continuados.
Pocos son los que se "bajan" una vez que saltaron a propagandearse hacia el objetivo, salvo que primarias consultas les indiquen la pobreza numérica y deficitaria de las voluntades que han sido captados por su talante. Para ellos ¡otra vez será! y escurridizamente desaparecen del escenario con la abrupta caída del telón sobre sus cabezas y desamparos.
Muchos aceleran ricamente la publicidad de sus pasos hacia el objetivo de su ambición..."porque el pueblo me lo pide".
En Uruguay se les denomina a todos con un término anémico, apenas descriptivo. Son los "presidenciables".
En Méjico el Presidente López Obrador,en tanto, trajo un nuevo e irónico
nombre en aposición para diferenciar y identificar a los que son novicios , casi que desconocidos : los llama "Corcholatas ".....porque estaban escondidos en la heladera dentro de su envase y al sacar la tapita correspondiente se puede ver, apenas, el liquido del cuello de la botella. Pero no lo que hay ya más debajo. Está muy ausente el sabor real y nunca el buen o mal paladar. La Academia ilustrada y los periodistas los llaman "outsider". Algunos de ellos han logrado el precioso objetivo. Otros han vuelto a las sombras y a su oscuro origen tentativo.
¡Y bien! Aquí estamos en el país de Batlle...de Herrera... y de Seregni... jugando como niños a distinguir a los auténticos "Presidenciables" por un lado y a los "Corcholatas"por otro.
En estos tiempos se dan tantos fenómenos estrafalarios -diría Alfredo Zitarrosa- que cualquiera tiene la oportunidad de ganar la penca político deportiva. Los unos o los otros.