jueves, 6 de mayo de 2021

A los tumbos.

Anduvo siempre a los tumbos

en días y años muy aciagos

y nunca salvó los rumbos,

siervo de poemas y embriagos.


De su fiebre no hubo testigos

silencio de veraz secreto sonoro

como cerril candado en postigos,

bozal y marca de aquél viejo Toro .


Dio fama a sinfonías de bellas letras

alucinaciones de alegres juvenilias

ofrendas a la proscripta, ausente amada.


Padeció abyección nemésica por dos familias,

vil tatuaje memorial en su alma exonerada

pulsión que ni tú, maldito, la perpetras.

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