jueves, 19 de septiembre de 2019

Entre la moral y las moralinas.


Plaza Independencia de Montevideo, durante la filmación de una
pelicula internacional.
LOS HECHOS: Con el motivo de filmar una serie cinematográfica fue interdicta la Paza  Independencia de Montevideo al público. Allí en su lugar geométrico está la estatua ecuestre y el mausoleo de Artigas, razón de veneración cívica.
Cantidad de extras desnudos -en verdad con mallas color piel- y fuerzas  procedentes del Ejército Nacional con tanquetas, se desplegaron en el recinto enmarcado del super brete.
"Ciegos conduciendo a ciegos" de Peter Brueghel.¿Es
posible?
La opinión pública se sensibilizó ante el inusual asunto y se tomaron posiciones extremas de apoyo, critica y hasta neutralidad agnóstica.
EL PUDOR Y EL RECATO
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 El pudor y el recato son conductas culturales que alcanzan su esencia, valga situaciones de nudismos, según el escenario sea público, privado o regulada la acción presencial por las normas desde lo admisible o de lo prohibido. Incluso por la edad, que un bebé está fuera del canon...
Pudor y recato vulnerados, pueden herir sensibilidades de terceros en medio de una Plaza. Pudor y recato no existen en la intimidad de un lecho matrimonial o en un cotorro lujoso o popular. Los humanos siendo los mismos individuos en lo somático corporal, ya no lo somos como constructos de la cultura que hemos elaborado al constituirnos testimonialmente en un lugar, en un tiempo, en una circunstancia o en otra del cotidiano vivir. Lo que hay que tener claro es cuando estamos "aquí" o cuando "allá”. No es que haya una moral y una moralina con la bisagra del cinismo que nos lleva a un lado o al otro,  olímpicamente.
-"No estúpido, es la Economía!", sentenció explicativo un presidente de una nación mayor cuando se debatían temas políticos de la conducción del país ante el debate sobre un entuerto conflictivo entre varios factores del Poder. Aquí se podría parafrasear:"¡No!... es la cultura y sus preceptos!", los que se han construido en el tiempo, tiempos que , claro, son cambiantes. Lo que importa, nos parece entonces, es tener claro la percepción de situación y ajustar a ella nuestras constricciones y nuestras carnestolendas del "Carne Vale".No hallar la diferencia es demostrar que algo anda mal en la sociedad que sea. No todo puede ser lo mismo. No hay padrones universales indiferenciables ante la fenomenología de lo social. De lo contrario nos sumergimos en la peligrosa anomia.

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