miércoles, 2 de diciembre de 2020

-¿Es válido el Himno Nacional en su literaturalidad para impulsar la toma de medidas contundentes frente a problemáticas serias?-


Declarada o no, el pais vive una emergencia en dos facetas: una pandemia de C-19 y enormes dificultades económicas financieras, todo lo cual crea tribulaciones al pueblo y al gobierno. El Gobierno que lo es tal por decisión de la soberanía, dirige la nación mediante dos estrategias y cursos de acción, especialmente frente al ataque del misterioso virus C-19, elemento proteínico que protege en zigzagueos su etiología y por ende dificulta a los científicos del mundo poder combatirlo con la eficiencia deseable. a) Exhortaciòn sin coacción, empleando la función conductual de la “libertad responsable” que se ejecutiviza en una serie de medidas profilácticas que se han difundido ampliamente. A ellas deberían ajustar su comportamiento los ciudadanos en aras de la protección personal y a la de los demás para ahogar los brotes contagiosos y limitar la circulación virósica. b) El sentido de coercitividad que da el Poder emanado de la ley desde el pacto social de gobernados y sus representantes en una república, llevó en su ejercicio , por ejemplo, a condicionar ciertas prácticas comerciales y docentes , incluyendo hasta el cese de actividades El Gobierno ha intentado equilibrar los dos cursos de acción, o sea el albedrìo y la coercibilidad, confiando cuantitativa y cualitativamente más en aquel que en ésta. Salió bien la disposición de marzo a noviembre .El Uruguay fue un país “verde” en el sentido que la expansión de la pandemia no alcanzó cifras de morbilidad muy preocupantes.Y sus efectos consecuentes en otros órdenes, como la subsistencia alimentaria, fueron razonablemente controlados. Ya no. Implotó el albedrìo protector.Las medidas precautorias y de profilaxis fueron desatendidas.Se mutilaron compromisos sociales de empatìa (ponerse recíprocamente en la protección del uno por el otro que no se trata de la mera simpatía,la que actúa en una sola vìa) El Gobierno vuelve a sostener sus dos principios de conducción -albedrío y coactividad- pero como preparándose para romper el equilibrio y jugarse más a la toma de disposiciones de carriles asaz contundentes. Son las nuestras, intuiciones que también se expresan como formas de percibir la realidad aunque no se cuente desde esta posición de ciudadano común con el acopio de toda la información para laudar opiniones sustentables. Decíamos que el Gobierno se apoya en un orden Jurídico pre establecido para actuar. La Ley –general y coactiva- norma que se usa para responder al ejercicio de la función gubernamental, legislando , decretando o sentenciando.Pero juegan también las dotes de disponer de otras estrategias que, de repente, pueden ser influyentes y extra jurídicas. Pongamos el caso de seguir los impulsos espirituales y nacionalistas que emanan de la letra del Himno. Nuestra Oda patriótica tiene el conocido estribillo y once estrofas. Justamente en la última estrofa hay elementos de consideración para impulsar medidas no codificadas, aunque si persuasoras desde el estímulo conductual. Veámoslas:
XI
De las leyes el Numen juremos/ Igualdad, patriotismo y unión,/ Inmolando en sus aras divinas/ Ciegos odios, y negra ambición./ Y hallarán los que fieros insulten/ La grandeza del Pueblo Oriental,/ Si enemigos, la lanza de Marte/ Si tiranos, de Bruto el puñal.”

Si reparamos en los dos últimos versos, se hace alusión al Dios Marte, el de la Guerra en la mitología romana. Y “estamos en una guerra” contra el virus, que la va ganando. Luego Francisco Acuña de Figueroa el autor de la letra trae a colación hasta un magnicidio ocurrido en el año 44 A.C. cuando fue asesinado el hombre fuerte de la República Romana, Cayo Julio César- tiempos del pre Principado e Imperio- por su hijo adoptivo Marco Bruto que pretendía, al parecer, detener la marcha hacia el absolutismo iniciada por su padre putativo. Lo que importa entonces para nuestro asunto es considerar cuáles medidas extremas estarían "ahí", frente a la morbidez de la situación que nos aqueja….con el aliciente que se adoptasen desde la valiosa intemporalidad impulsiva del propio Himno de la nación. Defendamos el “verde” y evitemos otros colores mas intensos y preocupantes que ya se aprecian cercanos en el espectro cromático de la morbilidad.

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