lunes, 17 de noviembre de 2008

La Iglesia Católica excomulgó ipso facto a algunos de sus violentos; ahora le toca a la sociedad civil con los suyos.




Un "todo vale" entre peleadores de Danubio y Nacional de Montevideo en Jardines del Hipódromo, partido que en la cancha ganó el primero. (Fotos de "La República" y "El Pais" capitalinos)













La Iglesia Católica, mediante aleccionante ejemplo, excomulgó ipso facto a algunos de sus violentos por animar el cese de la Vida ventral con el ducto de la vía legal. LLegó el tiempo que la sociedad lega establezca analogías actuando en ciertos estamentos putrefactos del deporte, el narcotráfico, la concusión y conjunción del interés público con el privado, el cohecho, el tráfico de influencias, la violencia doméstica, la indefensión de los transeúntes, las luchas intestinas de los codiciosos del poder, etc.
Nada de Libertad sin Seguridad. Menos de Seguridad sin Libertad. ¡Libertad con Seguridad! Pero en serio y acerada.
Es hora de refundar el contrato social civilizado.El precedente concluyó o, por lo menos, padece de fuerte lesión inmovilizante.
De lo contrario empezará sola la homeostasis en la cruel ferocidad de la lucha entre el más fuerte y el más débil. El resultado, históricamente, es conocido.
He aqui ejemplos de violencias deportivas del fin de semana. No obstante existen cantidadades en muchos otros frentes argumentadas con mayores sutilezas que la lapidación, las apaleadas, los puñetazos, con testimonial facilidad recogidas en cámaras periodísticas en canchas de fútbol, futsal, básquetbol y hasta de baby y papi fútbol.

Limpieza tribal. He ahí la consigna.

No hay comentarios: